domingo, 24 de noviembre de 2013

ALMUERZO DE CONFRATERNIDAD MARINERA


 

En el día de ayer, 23 de Noviembre, se celebró la comida de confraternidad marinera para la presentación en la capital de España de la Liga Naval Canaria y sus delegaciones, así como de las recientemente formadas Liga Naval de Madrid y FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LIGAS NAVALES (FELAN).

El acto estuvo presidido por el Capitán de Navío Ilustrísimo Señor don Enrique Moreu, acompañado por la Presidente de la Liga Canaria, Teresita Pérez, y de los Presidentes de otras ligas, José Antonio Soto de Málaga, Pedro Canales de Madrid, así como de José Carlos Tamayo, Presidente de la Federación, acompañados del Capellán, Reverendo Padre don José Manuel Horcajo.

El acto se inició con unas palabras de todos y cada uno de ellos, durante las cuales, el Presidente de la Liga de Madrid, solicitó su incorporación a la Federación, deseo que fue positivamente atendido por los presidentes del resto de ligas asociadas, allí presentes.

Tras la bendición de la mesa y unas palabras del sacerdote con una oración por los caídos en la mar, sin distinción de razas ni creencias, se inició el almuerzo. 


Tras la finalización del mismo, todos los asistentes en pié, cantaron la Salve Marinera, dando con ello por terminada esta jornada tan significativa para los intereses navales en España.

Agradecemos la presencia de todas las personas llegadas de diversas autonomías, Canarias, Andalucía, Castilla la Mancha, Galicia, para acompañarnos en este encuentro, así como la incondicional colaboración de Jacinto García de la Asociación de Veteranos de la Armada con sede en Cantabria. La Liga Naval de Canarias, entregó a todos los asistentes, un obsequio en recuerdo de su paso por Madrid.

  

El Presidente de FELAN manifestó:

Señoras, Señores, Ilustrísimo señor don Enrique Moreu, Capitán de Navío, don Jacinto García de la Asociación de Veteranos de la Armada con sede en Cantabria,  Presidentes, Vicepresidentes y Socios de Ligas Navales:

En nombre de la FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE LIGAS NAVALES, os agradezco vuestra presencia en el Puerto Seco de Madrid, y os deseo una feliz jornada de confraternidad marinera.

Después de las palabras de mis compañeros presidentes de ligas autonómicas, pongo en vuestro conocimiento que uno de los motivos que justifican la celebración de este encuentro marinero, es presentar en sociedad  una nueva federación,  que agrupa diversas asociaciones que mantienen relaciones de fraterna amistad, en cumplimiento de sus objetivos estatutarios, que pueden resumirse en el amor a la mar, los barcos y a sus gentes. 

 Así inicia su navegación FELAN (Federación Española de Ligas y Asociaciones Navales)  que agrupa a diversas Ligas Navales, Autonómicas, Provinciales y locales.

Sus Estatutos, han sido redactados desde el deseo de hacer convergentes los intereses marítimos que las asociaciones federadas persiguen cada una en su ámbito de actuación.

FELAN , tiene como fin desarrollar una serie de actividades en el ámbito NACIONAL, para promoción y defensa de los intereses marítimos de España, protección del medio ambiente marino, la seguridad de la vida humana en la mar, la colaboración en el salvamento marítimo y la colaboración con las cuatro marinas: Armada, nuestro referente,  Mercante, Pesca y Deportiva.  Podrán pertenecer todas  las asociaciones que se encuentren anteriormente inscritas en los correspondientes Registros de Asociaciones,  y cuyo proyecto estatutario vaya encaminado  a la promoción de las actividades navales, cultura, turismo y gestión del tiempo de ocio, con la organización de todo tipo de eventos que generen flujos de visitantes que se traduzcan en un mejor conocimiento del sector.
Para lograr estos objetivos, organizará:

Ciclos de conferencias, semanarios y cursos sobre temas navales, así como exposiciones, encuentros navales y otros actos culturales.

Así pues el nacimiento de FELAN es una importante noticia, que es consecuencia de la ilusión, esfuerzo y dedicación que las citadas ligas están poniendo en su  hacer cotidiano para propagar y defender las actividades navales. De nuevo agradecer vuestra asistencia, desearos un agradable almuerzo y una breve pero agradable estancia entre nosotros.

Este acontecimiento social en Madrid, tendrá su magna continuidad con el Homenaje a la Armada Española, que se celebrará la próxima semana, el sábado día 30 de Noviembre en Fuentenovilla (Guadalajara), cuna del ilustre Capitán de Navío de la Armada, Blas de Salcedo.

En este acto que se desarrollará en dos partes perfectamente diferenciadas, se pronunciará una conferencia donde se dará a conocer el naufragio de la fragata Magdalena en la que se llamó la Expedición Cantabra, se recitará un poema especialmente escrito para la ocasión y por parte de nuestra asociación,  se hará entrega de una litografía enmarcada de dicho personaje, del siglo XIX, que se supone ejemplar único, conseguida tras laboriosas gestiones entre todos las librerías especializadas  y anticuarios de España. Copia de este documento gráfico, se ha ofrecido al Museo Naval de Madrid.

Durante la segunda parte y tras trasladarse los asistentes desde el Salón de Plenos a la Biblioteca Municipal “Blas de Salcedo”, se hará entrega de un ejemplar de la Carta de Juan de la Cosa, donada por la “Asociación de la Carta de Juan de la Cosa”, escala 1:1 de 190 x 90 centímetros, con más de ciento cincuenta años de antigüedad, cuyo original se encuentra depositada en el Museo Naval de Madrid. Este mapamundi, es el primer documento cartográfico en donde se refleja la existencia del continente americano. La carta obsequiada al Excelentísimo Ayuntamiento, esta certificada en su autenticidad por el Museo Marítimo del Cantábrico.

Tendremos el honor de contar con la presencia, según orden de intervención de don Manuel Maestro López, Presidente de la Fundación Letras del Mar, Juan Manuel Gracia Menocal, Capitán de la Marina Mercante, Presidente de la Asociación para el rescate de galeones,  Vocal depositario del Ateneo de Madrid, y don Juan Lago Novás, Marqués de Castell Florite, Presidente de la Asociación de la Carta de Juan de la Cosa.

Tras la finalización de este encuentro cultual en homenaje a la Armada Española, por gentileza del Ayuntamiento, se servirá un vino español, que dará paso a un almuerzo de confraternidad marinera en la próxima villa alcarreña de Yebra.

A continuación os ofrecemos información sobre la “Expedición Cantabra”.

El día 30 de noviembre de 2013 se va a rendir un homenaje al capitán de navío Blas de Salcedo en su ciudad de nacimiento. Su muerte, como consecuencia de un temporal desatado sobre la ría de Vivero, después de una acción militar contra la tropa francesa invasora fue acompañada de un hecho que la hizo más lamentable: a bordo y a sus órdenes su hijo, un joven guardiamarina, moría en brazos de su padre a consecuencias del desastre. Héroe, mártir o accidentado su muerte se produjo cuando servía a nuestra Patria. Lamentable acontecimiento cuya faceta, casi poética, no debe dejar de analizar las próximas y remotas causas que la produjeron.

 La catástrofe de Vivero. Blas Salcedo, capitán de navío de la Real Armada española.

Don Blas Salcedo y Salcedo Gutiérrez del Pozo y del Teso Bronchalo nació en Fuentenovilla, Guadalajara. En 1773 ingresa como guardiamarina en el Departamento de Cádiz.

Alférez de fragata en el año de 1775. Participó en la batalla de Argel en la escuadra de Pedro Castejón embarcado en el jabeque Atrevido.

Alférez de navío en el año 1779.

Teniente de fragata en el año 1782. En el año de 1783 participa en el ataque a Argel, al mando de una lancha bombardera perteneciente a la escuadra del general Antonio Barceló.

Teniente de navío, en el año de 1784. Destinado a la flota en el mar Mediterráneo como comandante de los bergantines Atocha y Pájaro y posteriormente como primer ayudante interino e la mayoría general del Departamento del Ferrol.

Capitán de fragata en el año 1796. Comamdante de las fragatas Medea y Clara Efectuó dos travesías a América para el transporte de caudales. Comandante Militar de Vivero hasta el año 1802. En el año de 1804, se le otorgó el mando de la fragata Santa María Magdalena, cargo que ocupó hasta el desarme del buque.

Capitán de navío, en el año de 1808. Se le encarga el rearme y mando de la  fragata Santa María Magdalena con la que participó en la defensa de Santander contra las tropas francesas.

En 1810 se le ordena, navegando en conserva con el bergantín Palomo y otras embarcaciones sutiles, escoltar a una fuerza de desembarco desde Cádiz a la costa cantábrica de la Península. La flota hizo escala en Ferrol para descanso de la tripulación y de la fuerza de desembarco.

Ya en Ferrol se recibe la orden de relevo en el mando de la fragata Magdalena, de Blas Salcedo lo que no llega a cumplimentarse por no llegar a tiempo el relevo previsto

Aquí comienza una de esas jugadas del destino, que unas veces es favorable y otras por desgracia un total y dramático desastre. Pues al llegar se le comunico oficialmente su relevo del mando de la división, pero al no haber llegado la orden escrita y por la premura de llevar a cabo la misión, se tuvo que hacer a la mar, en cumplimiento de las órdenes recibidas con anterioridad.

En su travesía fue entrando en varios puertos y bahías, hasta que llego a la ría de Vivero, donde la flota fondeó el día uno de noviembre del año de 1810.

Encontrándose en este lugar, se desató y por ello se padeció un fuerte temporal ese mismo día, y como consecuencia de él, se produjo el desastroso final de la expedición, pues se perdieron los dos buques españoles que allí se encontraban.

Al cabo de unas horas comenzó a amainar la fuerza de los vientos y con ellos la de la mar, lo que permitió se diera comienzo a la humanitaria operación de ir rescatando a los pocos supervivientes y la de recuperar los cuerpos de los desafortunados fallecidos, hallaron su cuerpo unido en un abrazo final al de su hijo el guardiamarina don Blas; sucediendo esto el día dos, ¡el destino es incontrolable; en este caso, dramático para una familia y para España!.

Al ser conocido este trágico suceso hizo reaccionar a la Junta Central, Gobierno provisional de España en aquellos drásticos años, en que una vida tenía muy poco valor, pero este hecho sobrepasaba sentimentalmente en mucho lo acostumbrado; por ello rápidamente se promulgó una Real Orden, por la que a partir de ese momento, en el mismo buque no podrían ir embarcados padres con hijos, o hermanos juntos, para tratar de evitar tan luctuosos desastres familiares.

En el verano de 1810 la Regencia de Cádiz ordenó realizar una gran expedición contra la costa cantábrica ocupada por los franceses, para continuar las fructíferas expediciones combinadas de la flota inglesa y las guerrillas de Don Juan Díaz Porlier.

La expedición estaba encomendada al mariscal de campo Mariano Renovales, vizcaíno y héroe de los sitios de Zaragoza y que había dirigido las guerrillas en el valle del Roncal (Navarra) lo que reforzaba el objetivo político de la recién nombrada Junta de la Regencia que deseaba hacerse conocer entre las poblaciones ocupadas.
Los objetivos a cubrir encomendados al mariscal de campo eran los siguientes:

1º.- Ocupar la plaza de Santoña y Guetaria y prepararlas para su defensa frente al ejercito de Napoleón.
2º.- Destruir la fábrica de armas de la ciudad de Eugi ([1]) y Orbaizeta
3º.- Colapsar las comunicaciones del ejército francés en el norte de España.
4º.- Levantar la población civil de las provincias de Vizcaya y Santander para combatir al ejército de ocupación.
5º.- Reforzar las tropas guerrilleras del norte de España con la aportación de nuevos reclutas y con el suministro de armas y municiones.

La fuerza asignada al mariscal de campo Mariano Renovales se componía de tres batallones de infantería y una brigada de artillería de la Armada, sumando en total 2.000 hombres, reforzados por una brigada de 800 hombres aportada por los británicos.

Las unidades navales asignadas para la protección de los transportes de la tropa y el ataque a la costa enemiga estaban al mando del capitán de navío Joaquín Zaráuz, que era el Comandante Mayor del Departamento Marítimo de Ferrol y se componía de las siguientes unidades:

-Fragata Santa María Magdalena, de 28 cañones, insignia del capitán de navío, ascendido en 1808,  Blas Salcedo, que pertenecía a  la Orden de Carlos III..

-Bergantín Palomo, de 18 cañones, comandante el teniente de fragata, ascendido en 1802, Diego de Quevedo.

-Goletas Insurgente Roncalesa y Liniers

-Lanchas cañoneras Corzo, Estrago, Gorrión y Sorpresa

-15 embarcaciones de transporte de personal y pertrechos

La flota británica de apoyo a la operación estaba al mando del comodoro Robert Meds y se componía de las siguientes unidades:.

-Fragatas H.M.S. Arethusa (Insignia de 38 cañones, alta en la Navy en 1781, baja en 1814), H.M.S. Narcissus (alta en la Navy en 1801, baja en 1837), H.M.S. Amazone (de 36 cañones, alta en la Navy en 1799, baja en 1817), H.M.S. Medusa (de 32 cañones, alta en la Navy en 1801, baja en 1816, este barco fue insignia de Nelson en el Mediterraneo).

-Bergantín H-M-S- Port Mahon (fue capturado en 1798 sirviendo en la Navy hasta 1837)

El primero de los errores fue lanzar la expedición en pleno otoño y con grave riesgo de temporales. Problemas logísticos y de equipamiento impidió a la expedición salir hasta el 14 de Octubre. En Ribadeo se le incorporaron las fuerzas sutiles. El segundo de los errores fue complicar la operación con una acción complementaria cuando el día 18 estando la flotilla fondeada en la concha de Gijón se conectó con las unidades de guerrillas de Porlier y Castañon ( más que guerrillas, pequeñas divisiones ligeras que operaban tras las líneas enemigas) y tras desembarcar tomaron la ciudad sin resistencia. Mientras aprovisionaban a las guerrillas desmantelaron las baterías y fortificaciones francesas recogiendo en el puerto todo el equipo naval que pudieron encontrar.

Tras recibir noticias de la llegada de una poderosa división francesa se procedió a reembarcar a las tropas el día 20 y marchar a su objetivo principal, la ciudad de Santoña donde fondeo la mañana del día 23. Ese mismo día las condiciones meteorológicas cambiaron brutalmente sufriendo un tremendo temporal. Los barcos más grandes tuvieron que picar cables y hacerse a al mar a capear el temporal mientras las unidades ligeras trataron de acercarse a la costa para protegerse. Los cañoneros Corzo, Gorrión y Sorpresa naufragaron aunque sus dotaciones fueron salvadas por el resto de buques. El cañonero Estrago tras capear este temporal, que le apartó de la flota sufrió una vía de agua por lo que se acercó e la costa donde fue rescatada la dotación por pescadores y tras desembarcados en la costa vasca atravesaron la España ocupada hasta presentarse completa en su base de Ferrol sin perder un solo hombre.

La flota dispersa por el temporal se fue concentrando en la ría de Vivero, punto previsto de reunión según las órdenes dadas a la flota, llegando las últimas unidades el 1 de Noviembre.

Se empezó las reparaciones de los desperfectos y el aprovisionamiento de buques, aprovechando el resguardo de la ría y el amaine del temporal. El día 2 volvió a caer sobre la flota una galerna que provocó que los buques garrearan o perdieran sus anclas (muchos habían picado sus anclas mayores en Santoña) y obligó a salir a capear el temporal en la mar. La Magdalena abordó a la británica H.M.S. Narcissus que tuvo que hacer ímprobos esfuerzos para zafarse. Tras perder un palo la Magdalena encalló y fue destrozada por las olas. De los 508 hombres a bordo sólo se salvaron 3. El Palomo también se vio arrastrando a la costa pero encalló en piedras lo que permitió resistir un tiempo precioso antes que se partiera el casco salvándose 25 hombres de los 75 de su dotación entre ellos muy mal herido con su comandante el C.F. Don Diego Quevedo.

Aparte de estos buques algún transporte parece que se hundió y en el resto de los buques hubo bajas.

El gran número de bajas de la Magdalena fue motivado porque aparte de su dotación embarcaba la brigada de artillera de Marina y las dotaciones de los cañoneros naufragados en Santoña. Murieron el C.N. Zarauz y el C.N. Blas Salcedo, cuyo cadáver junto al de su hijo, guardiamarina aparecieron abrazados en la playa. Por este suceso la Armada decretó que familiares no podrían embarcar en un mismo buque.

Resumiendo, La causa del desastre fue la falta de medios, que provocó que la expedición se retrasara desde Mayo, que fue ordenada, hasta Octubre y que los buques españoles tuvieron un mantenimiento deficiente.

Sorprendentemente no se perdió ningún barco británico.


Gerardo López


CASTILLA LA MANCHA

TODO AVANTE Y TIMÓN A LA VÍA